Descubriendo quienes somos en realidad

¿Quién soy? ¿Quién eres tú? ¿Alguna vez te han hecho o te has hecho esta pregunta?

Esta fue una pregunta que han planteado en varias clases en la universidad. En la clase decían que es una pregunta difícil de hacernos a nosotros mismos, porque muchas veces no la podemos contestar. En ese momento, me quedé callada y pensativa porque es cierto. Responder a esta pregunta es imposible porque no sabemos qué es lo que tenemos que contestar o en qué basar nuestra respuesta. Muchas veces esta idea de quien somos se centra en nosotros mismos. Entonces pensé que es difícil contestar esta pregunta sin Jesús en nuestro corazón.

¿Por qué nos cuesta tanto encontrar una respuesta a esta pregunta? La razón es porque buscamos contestar explicando cosas que hago, mis roles en diferentes áreas, mi personalidad o mi temperamento. En la clase decían que hay ciertas características que nos hacen únicos y que nosotros mismos somos nuestro punto de referencia, y creo que esa sería la respuesta de muchos. Pero entonces, ¿qué pasa el día que fallamos o que algo no sale como esperábamos? ¿qué pasa el día que cambiemos de rol? (En una publicación anterior hablé también un poco de esto).

Esto me llevo a pensar en que nuestra identidad, como cristianos, se tiene que afianzar en lo que la palabra de Dios dice de nosotros. La Biblia está llena de verdades que nos afirma quién somos. Les dejo unas citas para cuando se sientan desanimados en su identidad y los invito a leer más la Biblia.

Romanos 8:14, 16 – « Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.¨

Gálatas 3:26 – «Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.»

2 Corintios 6:18 – «Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso.»

Efesios 2:10 – «Porque somos hechura De Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.»

Jeremías 1:5 – «Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes que nacieras, ya te había apartado, te había cobrado profeta para las naciones.»

Qué lindas verdades para recordar todos los días. Hoy quiero que sepan que nuestra identidad se afianza en la palabra de Dios y en una constante relación con nuestro Padre. Esta identidad no depende de lo que hago o de quien dice el mundo que soy. Nuestra autenticidad y aquello que nos hace únicos se da porque somos hijos de Dios. Está identidad es constante y firme. Los invito a que vivamos nuestra identidad como hijos De Dios que somos y que no nos avergoncemos de esto.

Me gustaría saber qué piensan ustedes con respecto a este tema. ¿Alguna vez les han hecho está pregunta?

Natalia.